Por: Antonio González Ordoñez
En la historia hay sucesos capaces de cambiar el rumbo de una nación entera, momentos que dejan una marca, eso fue sin duda el asalto al cuartel “Moncada” en Santiago de Cuba, el 26 de Julio en 1953, cuya grandeza trascendió las fronteras del país caribeño e inició una nueva era en Nuestra América. En esa fecha ocurrió un acontecimiento extraordinario:
el ataque por un grupo de jóvenes encabezados por Fidel Castro Ruz, a la segunda fortaleza militar del Ejército del dictador Fulgencio Batista y Zaldívar.
Este hecho, unido al asesinato de la mayoría de los combatientes que participaron en la operación y las circunstancias de irregularidad del juicio a los sobrevivientes, conmovieron a la mayoría de la ciudadanía y contribuyeron decisivamente a favorecer y acelerar las condiciones para que se creara una nueva situación revolucionaria en la Cuba de la década de los 50, que culminó cinco años, cinco meses y seis días después con el triunfo
revolucionario.
Es bueno resaltar que no se trataba de un golpe militar para remplazar un gobierno militar. La acción según lo ha señalado el propio Comandante Fidel Castro en diversas ocasiones, fue concebida como un motor pequeño -la toma del Cuartel Moncada de Santiago de Cuba y el cuartel Carlos Manuel de Céspedes, en Bayamo- para echar a andar uno mayor que implicaría amplia participación popular motivada por la proclamación inmediata de un programa de leyes y medidas revolucionarias.
Según se recoge en trabajo publicado en el sitio cubagrande.com. El plan del ataque al Moncada se concibió en el apartamento de Abel Santamaría, en La Habana, y los entrenamientos de los jóvenes en la Universidad capitalina, a cargo del estudiante de ingeniería Pedro Miret Prieto. El grupo se definió como la "Generación del Centenario de José Martí", a quien Fidel Castro declaró "autor intelectual" de la acción. Las rejas se abrieron a los revolucionarios presos en menos de dos años por presión popular y, pronto,
el Movimiento 26 de Julio constituyó la opción principal de los cubanos con su Programa del Moncada, el cual guió las posteriores etapas del proceso hasta su cumplimiento. Contenido en el alegato de autodefensa de Fidel Castro, La Historia me Absolverá, el Programa proclama sus objetivos políticos, económicos y sociales, los más avanzados en esas materias, encaminados a resolver una serie de problemas de prioridad, entre estos
los vinculados a la tierra, la industrialización, la vivienda, el desempleo, la educación y la salud del pueblo.
"La Historia me Absolverá", exposición de autodefensa de Fidel Castro en el juicio instaurado en su contra por el gobierno de Batista, en el que se convirtió de acusado en acusador, se convirtió en el mejor argumento para la incorporación del pueblo cubano a la lucha antibatistiana.
Una vez liberado junto a sus compañeros, y antes de partir hacia México, Fidel constituye el Movimiento 26 de Julio, en la reunión se definieron la estructura y los objetivos de la organización: "El 26 de julio se integra sin odios contra nadie. No es un partido político sino un movimiento revolucionario; sus filas estarán abiertas para todos los cubanos que
sinceramente deseen restablecer en Cuba la democracia política e implantar la justicia social".
Este movimiento se convirtió en la guía del pueblo de Martí en la lucha contra la dictadura, en el que participaron hombres y mujeres comprometidos con los ideales revolucionarios, muchos de los cuales cayeron en combate. Poco tiempo después se produjo el "Desembarco del Granma" y se organizó el movimiento guerrillero en la Sierra Maestra,
desde donde se logró llevar la lucha al llano y expandirla por todo el país hasta el triunfo revolucionario de enero de 1959.
Ordonez47@hotmail.com, aordonez47@gmail.com
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