Talibanes Unios....

jueves, 30 de septiembre de 2010

Crisis del medio ambiente y del sector eléctrico

¿Como entender la devastación actual de los ecosistemas que sufrimos sino hemos sido los principales protagonistas de su destrucción?. ¿Es justo cargar con las consecuencias de un problema del cual no fuimos partícipes?, son preguntas que lamentablemente no tienen otra respuesta que la realidad que estamos viviendo, olas de frío, deshielo, sequías, hambrunas, terremotos, maremotos, lluvias, incendios e ineludiblemente todo el estilo de vida al que estamos acostumbrados se ve afectado por ello.

Quizás muchos de nosotros no podamos aún relacionar la crisis ambiental con las constantes fallas en los servicios básicos que nos dan la calidad y nivel de vida que hoy disfrutamos (electricidad, agua potable, etc.), y aunque parezca antagónico, muchos de nosotros pasamos por aulas de instituciones reconocidas y no logramos comprender que todo forma parte de un sistema que debe estar en equilibrio y nosotros somos apenas un pequeño eslabón de ese sistema que hoy se encuentra en desequilibrio: el ecosistema del planeta tierra. Como dice Freddy Rodríguez Sánchez en su libro Enfermos de Libertad: “Detesto ser un transeúnte más en el sendero de la vida. Deseo dejar huellas en mil caminos; una guía a quien las quiera continuar”. Somos herederos de un mundo que está convulsionando, lamentablemente hemos de sufrir las consecuencias del un mal que no produjimos, sin embargo, es una oportunidad que nos da la historia. Hoy desde nuestro trabajo o residencia, tenemos la oportunidad de dejar una huella en la historia, haciendo uso eficiente de los recursos de la naturaleza, para que las próximas generaciones sigan existiendo en el mundo, en un mundo donde los seres humanos dejemos de devastar la naturaleza y entendamos que somos parte de ella y necesario es que vivamos en armonía con la madre tierra.

Existe una dicotomía entre el desarrollo de una nación haciendo uso desmedido de los recursos naturales y un estilo de vida armónico con la naturaleza que cuide no sólo el ambiente sino que en consecuencia preserve la vida de la especie humana, y aunque parezca sarcástico, ya nuestras culturas originarias habían llegado a ese nivel de consciencia y aún así los colonizadores creían que éramos unos salvajes; aquellos que nos colonizaron se desarrollaron destruyendo nuestro mundo, pero ellos ahora nos presentan propuestas que ya nuestras culturas originarias habían desarrollado y practicado con éxito.

Muchas de las reflexiones que hoy hacemos un poco más colectivamente, fueron hechas hace ya algunos años, por ejemplo la definición de “desarrollo sostenible” fue utilizada por primera vez en 1987 por parte de la Comisión Mundial del Medio Ambiente de la ONU, ella lo definió como “un desarrollo que satisfaga las necesidades del presente sin poner en peligro la capacidad de las generaciones futuras para atender sus propias necesidades”, y aunque se le atribuya a la ONU la defensa incansable del medio ambiente, mi opinión es que su defensa no trasciende más allá de manifiestos, cartas de entendimiento y propuestas que en su mayoría no se implementan. “La gloria está en ser grandes y en ser útiles”, le decía Bolívar a su discípulo el Mariscal Sucre, y la ONU en esta materia parece que ni ha sido, ni será grande y mucho menos útil.

Hoy, en Venezuela, nos enfrentamos a muchos problemas, pero uno de los que está en el tapete es la energía eléctrica y lo principal es que entendamos y nos hagamos conscientes de la realidad que estamos padeciendo, citando a Simón Rodríguez: “Nadie hace bien lo que no sabe; por consiguiente nunca se hará República con gente ignorante, sea cual fuere el plan que se adopte”. Aun con el plan de racionamiento eléctrico que se adopte ó con nuevas plantas de generación termoeléctricas que se instalen, si no comprendemos que somos partes de un sistema que es el planeta tierra, ni seremos grandes ni seremos útiles y en consecuencia no asumiremos el rol que nos demanda la historia.

“No siempre lo justo es lo conveniente, ni lo útil, lo justo.” (Simón Bolívar en carta al Mariscal Antonio José de Sucre).

*Círculo de Estudio Américo Silva

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