Estas fueron palabras del gran inventor Luis Zambrano, quien con sólo 4to. grado de educación primaria y una gran voluntad de colocar sus ideas al servicio de su comunidad, desde 1930 comenzó a construir trapiches y a dotar de luz a los lugares más recónditos de las poblaciones andinas usando alternadores de carros movidos por la fuerza del agua proveniente de los riachuelos de las montañas andinas. También construyó molinos de café, peladoras de zanahorias y fresas; y su motor Turbo-Zam, este sólo tiene 25 piezas, a diferencia de las mil y pico de los motores convencionales. En 1983, la Universidad de Los Andes lo honró con un Doctorado Honoris Causa, el cual recibió entre lágrimas y alegría.
Entonces podemos, considerando las condiciones del Estado Bolívar, innovar en el desarrollo de sistemas eólicos tomando la idea de este inventor, pero colocando una hélice al eje de un alternador de carro, todo esto instalado en una estructura metálica colocada sobre el techo de nuestras casas o en el patio y desde allí conectado a una batería, pudiéramos almacenar la energía suficiente para encender los bombillos ahorradores e iluminar nuestro hogares, así estaríamos ahorrando energía hidroeléctrica. “Inventamos o erramos”, palabras de nuestro maestro Simón Rodríguez.
Por otra parte, Luis Zambrano apoyó el desarrollo de trabajos de tesis donde demostró la capacidad y eficiencia de los desperdicios provenientes de las conchas generadas en la cocina (BASURA-GAS-ABONO), en sus propias palabras:
Yo de la basura, del desperdicio de la cocina, de lo que sacan de la cocina con la escoba, conchas de piña, de tomate, de apio, de papa, de plátano maduro, de cambur, todo eso lo ponía a fermentar, se hacía una semi-chicha, y de ocho días en adelante de estar fermentando tiene usted un gas con el que puede alimentar la cocina y hacer de comer, en lugar de estar comprando el gas. Y el residuo, cuando no de más gas, es un abono maravilloso, mejor que el abono químico. Eso está probao. Yo presté ayuda a unas muchachas de Santa Cruz que vinieron a que las ayudara con su tesis de bachillerato sobre la agricultura. Eran dos grupos, las que anduvieron adelante presentaron la tesis con el gas y las otras presentaron la tesis con el abono...
... El abono orgánico echó más brotes de cebollín, y un poco menos el químico y la que se sembró sin abono echó muy poco. Ahí me di cuenta que el abono químico era bueno y que el abono del residuo de gas era mejor. Parece mentira que se le pueda comparar con el abono químico. Al abono orgánico, hay que extraerle el gas para que sea bueno, porque ese gas perjudica a la planta, hasta que no desaparece bien es que presta el rendimiento que debe prestar. Por eso digo y sostengo que no hay chatarra. La basura presta servicios, presta beneficios.
Ahora es el momento, ante las adversidades que nos plantea el capitalismo, para comenzar a difundir este sencillo y eficiente conocimiento con el apoyo de las empresas, de modo que nuestros pueblos inicien la actividad de desarrollo y auto-producción de gas, abono y energía; y que este sea heredado a nuestros hijos y a los hijos de nuestros hijos para hacer de este mundo un lugar mejor para todos.
A través de sus inventos y trabajo, Don Luis Zambrano nos dejó ese espíritu para innovar, desarrollar, inventar y crear nuevas cosas con entusiasmo y calidad considerando que en su época sin tecnología a su disposición, Internet... ¡ni pensarlo!, podemos observar que alcanzó un gran nivel de desarrollo científico utilizando la chatarra como materia prima para el desarrollo de sus inventos, decía también “la chatarra no existe, lo que hay es negligencia”.
En este sentido se pueden establecer políticas para incorporar estas ideas en las escuelas, consejos comunales y así sumar esfuerzos para la construcción de sus propios huertos y sistemas alternativos de energía, transfiriendo dicho conocimiento especialmente a los niños, como una materia donde sean ellos mismos y junto a sus maestros, los que planifiquen, organicen y desarrollen sus capacidades para el cultivo de hortalizas y plantas frutales que permitan cosechar de allí lo que necesitan para sus comedores populares.
Desde este punto de vista se le estaría dando un duro golpe al capitalismo mediante la transferencia de conocimientos al pueblo, con conciencia, para producir lo que necesita en armonía con el ambiente y la tecnología como apoyo para que alivie el trabajo pesado del hombre.
Y si se nos dijera que somos unos románticos, que somos unos idealistas inveterados, que estamos pensando en cosas imposibles y que no se puede lograr de la masa de un pueblo el que sea casi un arquetipo humano, nosotros le tenemos que contestar una y mil veces que sí, que sí se puede. (Che Guevara).
*Círculo de Estudio Américo Silva
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