
*.- No han podido consolidar las alianzas y conformar un gobierno creíble, ya el gobierno de Hamid Karzai y sus familiares carece de tal perfil y lo que han hecho es institucionalizar el fraude y la corrupción.
*.- El plazo dado por Obama para la retirada de las tropas en Afganistán a partir de julio de 2011 no se puede cumplir por el empantanamiento de la guerra, la cual ya lleva más tiempo que la de Vietnam y el número de baja en el primer semestre del 2010 van por cientos de muertos, siendo el mes de junio el peor lapso en toda la guerra. Obama prometió 30 mil soldados más para la campaña, suscribiendo el plan del general McChrystal que planteo como tesis que el "aumento" de tropas permitiría neutralizar la insurgencia y daría paso a las acciones del gobierno para hacerse cargo de la situación. Esto no ocurrió y los talibanes se han fortalecido y surgen los desacuerdos en la aplicación de la COIN. Recientemente, Petraeus arribó a Afganistán y en su condición de jefe de ISAF dio unas declaraciones que matizan las condiciones para la salida de las tropas para el año que viene: ha dicho que eso depende de las condiciones en el terreno, que se avanzara lentamente.
Por otra parte, la opinión pública norteamericana tiene dudas e incertidumbre en torno al desarrollo de la guerra en Afganistán y a raíz de la destitución de McChrystal se ha profundizado la confusión. El mismo Petraeus y el jefe del Estado Mayor Conjunto, almirante Michael Glenn Mullen, han planteado la necesidad de relevar de sus cargos a otros oficiales del equipo del general hoy en desgracia.
También en el congreso de los EEUU, se han incrementado los desacuerdos en torno al conflicto bélico y 162 representantes han pedido establecer una fecha clara para el retiro de tropas de Afganistán.
Las múltiples interrogantes que hace la opinión pública mundial, se tratan de responder con la ejecutoria de Petraeus en Irak, donde según algunos analistas a partir de sus éxitos va a tratar de repetir ahora la receta en Afganistan:
-- Profundizar las operaciones encubiertas.
-- Reforzar el gobierno títere
-- promover la división de la insurgencia, como en Irak, donde la CIA promovió el enfrentamiento de los jeques suníes contra Al-Qaeda.
-- Preparar las fuerzas de relevo.
En sus líneas más concretas se ha comprometido con lanzar la esperada ofensiva en la provincia de Kandahar, para eliminar los santuarios de Al Qaeda, controlar palmo a palmo el territorio y consolidar los gobiernos locales, evitando el gran número de bajas que han pasado ya de 100 en sólo el mes de Junio.

*.- El conflicto entre las normas de combate que restringe el empleo de la fuerza letal es irresoluble, ya que la resistencia está sembrada en la población, forma parte de la gente común que trabaja y lucha, por lo que las operaciones militares están atrapadas en un dilema: ¿Cómo obtener éxitos en el combate, preservar las fuerzas, sin asesinar a civiles o parte de la población presente en los escenarios de conflictos ? La tendencia ha sido una escalada de bombardeos con aviones sin pilotos ( vehículo aéreo no tripulado –UAV- Predator ) ataques de artillerías indiscriminadas, operaciones encubiertas con paramilitares, que han masacrando a familias enteras, exponenciándo el descontento entre la población, lo que ha incrementando la movilización y la protesta contra los invasores. Al mismo tiempo, esta situación desmoraliza a las fuerzas especiales, tal como lo recoge el testimonio del reportero en el artículo publicado en la revista Rolling Stone: las reglas de conducta de COIN y de McChrystal, “han confundido a las tropas, les ha robado la iniciativa, sin la cual no puede haber progreso: encontrar y paralizar el enemigo a través del uso de la fuerza”.
*.- El control territorial y bloqueo de corredores estratégicos se han venido al suelo, como queda en evidencia con la operación desarrollada en la región de Marja ( un sector agrícola de la provincia Helmand ) donde no se pudo conquistar la población ni tampoco derrotar la insurgencia. El mismo reportero Michael Hastings dice que Stanley McChrystal ahora califica a Marja como una "úlcera sangrante".
*.- En la misma operación de Marja, se evidencia el fracaso de las acciones psicológicas que intentaron convencer a la opinión pública mundial y a la norteamericana en particular, del significado y valor estratégico de esta región de Afganistan. Un interesante análisis que se encuentra en internet realizado por Gareth Porter ( historiador y periodista de investigación especializado en la política de seguridad nacional de Estados Unidos ) bajo el titulo “Afganistán: la batalla que los medios se creyeron”, nos da la pista del tipo de manipulación informativa, muy común en las tretas de Rendón Group ( para un análisis detallado de los métodos y técnicas que viene empleando el imperio ver nuestro “Dossier sobre Operaciones Psicológicas” )donde en forma permanente hay un esfuerzo por darle legitimidad a las acciones militares con distorsiones noticiosas, como lo denuncia el referido analista:
“ Durante semanas, el público estadounidense siguió de cerca lo que parecía la mayor ofensiva de sus tropas en la guerra de Afganistán, contra Marja, "una ciudad de 80.000 habitantes" y centro logístico del movimiento islamista Talibán en la sudoccidental provincia de Helmand. La idea de que Marja tenía 80.000 habitantes era clave para fundamentar la impresión generada en febrero de que la localidad era un objetivo estratégico importante, mucho más que otros distritos de Helmand. Pero resulta que la imagen que los militares proporcionaron de Marja, y que era reproducida obedientemente por los principales medios de comunicación de Estados Unidos, es uno de los ejemplos más dramáticos de desinformación de toda la guerra, que comenzó en octubre de 2001, aparentemente dirigida a presentar la ofensiva como un punto de inflexión histórico en el conflicto.”
“El diario The Washington Post reportó el 22 de febrero que la decisión de lanzar la ofensiva contra Marja tenía el propósito de impresionar a la opinión pública estadounidense con la eficacia de las fuerzas militares de su país en Afganistán, demostrando que podían lograr "una victoria grande y llamativa" La idea de que Marja era una ciudad importante era parte esencial de ese mensaje.” “Los medios "influyen directamente en la actitud de públicos clave hacia los contrainsurgentes, sus operaciones y la insurgencia", según el manual. Es una "guerra de percepciones… dirigida de forma constante a través del uso de los medios de noticias", agrega. "Todo esto es una guerra de percepciones", declaró el general Stanley A. McChrystal, comandante de la ISAF, poco antes del inicio de la ofensiva en Marja, en clara alusión al manual de contrainsurgencia.”
Tal como Rendón Group vendió la guerra de Irak, estamos nuevamente ante una mentira convertida en noticia empleando el mismo enfoque y la misma técnica: MANIPULACION DE PERCEPCIONES VIA NOTICIAS, siendo parte integral del Manual de Contrainsurgencia ( FM 3-24 . US Army Field Manual), en este caso, reconocido por el general Stanley A.
McChrystal comandante de las fuerzas multinacionales en Afganistán para la época.
*.- Un aspecto relevante donde se recoge lo contradictorio en esta estrategia imperial formalizada en el Manual de Contrainsurgencia, tiene que ver con las prácticas operativas de las fuerzas especiales, fundamentalmente su carácter secreto, donde la realización de sus actividades están al margen de cualquier regulación nacional o internacional. En nuestro ensayo “LA NUEVA ESTRATEGIA IMPERIAL”, al referirnos a las operaciones encubiertas de las fuerzas especiales, señalamos:
“Las operaciones encubiertas, no las asume frontalmente los EEUU y por eso hemos visto como en el Yemen, Afganistán, Pakistán y otros países, ya es habitual los asesinatos y los bombardeos con aviones teledirigidos, donde abiertamente nadie es responsable.
Tales prácticas han sido largamente explotadas por la CIA y el Pentágono, a quienes les convienen usar las operaciones secretas que evaden controles y escrutinios públicos. Los beneficios incluyen “negación pausible” con respecto al asesinato, la tortura, las desapariciones, el sicariato, la guerra sucia en propaganda y operaciones psicológicas, así como la capacidad para eludir el Código Militar de Honor y los acuerdos de la Convención de Ginebra. De esta manera el terrorismo de estado queda encubierto y en consecuencia los asesinatos, las torturas, las desapariciones, el sicariato y las operaciones psicológicas, se “privatizan”.
Estas han sido siempre las finalidades y justificativos último de estas operaciones encubiertas, solo que en la actual coyuntura cobran nuevos relieves y poseen otras dimensiones.
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