
Los comando de la Delta Force, con su físico corpulento y dotado del arsenal de técnicas de combate, entrenamiento y diversidad de armas, se estrellan frente al muyahidín masilento, de color y olor a tierra, armado con una fe inquebrantable en sus valores y en su identidad. Los Predator con sus cámaras de alta resolución y misiles letales, no encuentran blancos porque tienen que matar a todo un pueblo y porque la insurgencia no se deja localizar.
Por esto ocurre la derrota de la estrategia imperial formulada en el COIN, el cual se trata de implementar en Afganistán. A la hora del tu a tu, toda la maquinaria bélica de las fuerzas invasoras se desvanecen frente a unos explosivos improvisados, acompañados del tronar de un RPG y el AK-47, los tres emblemas de la resistencia afgana convertidos en mortíferos instrumentos en la guerra asimétrica, cuya manifestación aparece y desaparece en cualquier lugar, a cualquier hora.
Por esto a los muyahidines le dicen “fantasmas” y a su país “el cementerio de los imperios”, porque han pasado décadas luchando para sobrevivir a las agresiones, haciendo guerrilla que recoge un viejo legado de los pueblos en lucha.
Obviando las consideraciones sobre las diferencias de época y el contexto actual, sus implicaciones étnicas, políticas y religiosas, en Afganistán se están verificando enseñanzas históricas, que pasan por las lecciones de Vietnam y el desarrollo de la resistencia armada en nuestra América.
En esa perspectiva, vamos a resumir estos aportes que se están poniendo a prueba en el terreno militar, en el contexto afgano:
1.- Las fuerzas extranjeras pueden desplegarse y ocupar territorio, pero en el largo plazo no pueden sostenerse. Por ello la insurgencia afgana no es cortoplacista, ni se confronta en términos de guerra de posiciones, tampoco se emplea a fondo en la fase en que las fuerzas de ocupación están a la ofensiva.
2.- Organización en pequeños grupos o unidades, difíciles de localizar e identificar porque están mimetizadas en el terreno y en el seno del pueblo, desarrollando de mil maneras el principio de dispersión y concentración de las fuerzas.
3.- El manejo táctico del terreno: cuevas, túneles, piedras, casas de barro, senderos escarpados, permite a los muyahidines mantener la iniciativa y compensar la escasez de recursos logísticos, atacar sorpresivamente y preservar sus fuerzas.
4.- El empleo generalizado de las redes de inteligencia social es otra dimensión de esta guerra asimétrica, lo cual garantiza la información oportuna, conociendo con antelación planes enemigos, sus movimientos y desplazamientos.
5.- Seguridad en el sistema de comunicación y enlace, acudiendo a la creatividad y la improvisación para neutralizar la inteligencia tecnológica que emplea el imperio, particularmente la vigilancia electrónica. En tal dirección, es clave la compartimentación rigurosa en los organismos de dirección y la adopción de un sistema de contactos impersonales en los enlaces (uso de buzones y escondrijos), medidas de contrainteligencia en el empleo de teléfonos, transmisiones radiales y la utilización de la web.
6.- Combates de decisión rápida que evitan ser fijado en el terreno y de esta manera neutralizar la movilización (fundamentalmente aerotransportadas ) y el poder de fuego enemigo
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