Talibanes Unios....

domingo, 13 de febrero de 2011

RETOS UNIVERSALES, LOCALES Y PERSONALES

Por: Darío Botero Pérez
En honor del héroe ejemplar, Julian Assange,
cuya defensa y difusión de la Verdad 
 -que nos está salvando mientras derrota a los potentados-
todos debemos imitar, pues todos tenemos forma de luchar y aportar; basta ser dignos, abrir los ojos y decir la Verdad

¡Abajo la hipócrita justicia sueca, tributaria del Imperio,
enemiga de la Vida y la Verdad!

¡Que la justicia inglesa le conceda a Assange la libertad!

¡Castigo para el mitómano genocida, George W. Bush
y su corte de criminales!
  
La toma de conciencia  durante la época de las revoluciones es algo asombroso, como lo estamos presenciando a raíz de la insurgencia de los pueblos islámicos. 

El papel de Internet es fundamental en este inédito ejercicio de democracia verdadera que nos está permitiendo descalificar a los presuntos “representantes”, auténticos vendepatrias traidores  de sus electores y siervos de los potentados.

Por eso, la taimada Angela Merckel y el grupo de los 8 (G-8) se muestran dispuestos a censurar la red y demás medios de comunicación modernos, capaces de unir a todos los miembros de la aldea global.

Desde luego, los potentados y sus lacayos quieren tapar sus crímenes y revertir su descrédito, como si se pudiesen recoger las plumas tiradas al viento de la gallina desplumada. 

No quieren admitir su repugnante desnudez, que tiene espantada a la gente decente de todo el Mundo, ya resuelta a no creerles más y a cobrarles sus crímenes contra la Humanidad, la Vida y la Tierra.

Los ciudadanos no los queremos ni los necesitamos.  Realmente, nunca los hemos querido ni los hemos necesitado, pero su capacidad represiva, unida a su falta de escrúpulos y a sus mentalidades sicopáticas, cohibía a las mayorías para expresarlo. 

Pero ya no más.  Junto al respeto, les hemos perdido el miedo. 

Quienes tienen que temblar son ellos.  Ahí está Bush cancelando su viaje a Suiza. ¡Que se quede en su rancho rodeado de las nobles bestias, huyéndole a los castigos y disfrutando el recuerdo de sus crímenes, que tanto lo complacen pues, como psicópata, carece de conciencia!

Se desmorona su reinado, y nadie les va a ayudar a rehacerlo ni a impedir que se derrumben y vayan a acompañar al pionero Bernard Madoff por los próximos 150 años. 

A todos nos conviene quitarles el respaldo a los grandes enemigos comunes. 

De esta manera recuperaremos nuestra Vida y podremos dedicarnos a reparar el Mundo sin pasar por el cumplimiento de las aterradoras amenazas del sionismo y sus aliados de la Mesa Redonda, todos esos potentados interesados en diezmar la población y esclavizar a los sobrevivientes a las guerras, las pestes, los envenenamientos y las hambrunas. 

Según Ted Turner, estos sobrevivientes serían un 5% de la población actual.  Apenas pretende matar a 95 de cada 100, ¡Alma bendita!

La Historia se acaba a la vista de todos, gracias al esfuerzo de las mayorías siempre vilipendiadas pero, ahora, plenamente empoderadas de su grandeza personal, tan grande como la de cualquiera y no inferior a ninguna. 

Surge la Nueva Era como resultado de la expresión libre de los humanos íntegros dotados de las poderosas tecnologías de comunicaciones disponibles. 

Son la mejor conquista de la especie, las que a todos nos dotan de verdadera capacidad de decisión, sin intermediarios impostores que digan ser nuestros “representantes” mientras nos imponen tiranías y miserias.

Estamos dispuestos a despojarlos del poder y la riqueza que nos pertenecen a todos, para ponerlos al servicio de todos, sin mezquindades ni discriminaciones. 

De una vez por todas tenemos que acabar con el espantoso crimen que es el hambre.  Nunca más ningún ser humano ni ningún animal a su cargo, deberá sentirlo. 

Para lograrlo es indispensable superar el régimen jerárquico que perpetúa a los potentados por todo el Mundo.  Se requiere la instauración de una sociedad plana, horizontal, igualitaria.

Basta que nadie le reconozca autoridad a nadie, pero que todos le demuestren respeto a todos mientras las ideas, las opiniones, las propuestas dirigidas a resolver los retos comunes o desafíos públicos, sin importar quien las emita o las defienda, serán sometidas a una crítica despiadada, con el fin de depurarlas, completarlas y ajustarlas hasta lograr consensos. 

Las cuestiones de carácter personal, mientras conserven ese carácter, como las creencias religiosas o los gustos musicales, no tienen por qué ser objeto de polémicas y disensiones por el colectivo social. 

Pero lo serán si se meten en los asuntos públicos, afectando intereses comunes que a todos se les deben garantizar, como lo hacen los fundamentalistas musulmanes tanto como los sionistas, y no dejará de haber cristianos dispuestos a replicarlos en su afán de destruir la civilidad.

La imposición de leyes por parlamentos corruptos de “representantes” ha perdido cualquier razón de ser. Son una ficción del liberalismo burgués que ya no tiene ninguna justificación, pues todos y cada uno estamos en capacidad de representarnos.

Las leyes la hará el pueblo y serán permanentes mientras las mayorías las apoyen.

Eso es lo que los hermanos tunecinos, egipcios, yemeníes, y quienes se sumen a su revolución deberán hacer para evitar las calamidades que nos han trazado los potentados guiados por los intereses del sionismo expansionista, genocida y arrogante.

Para lograrlo, el único recurso válido es el ejercicio de la verdadera democracia, la directa, donde cada uno habla por sí mismo, sin presiones ni imposiciones, sin libretos ajenos ni límites territoriales arbitrarios, pues cada asunto público tiene su alcance, y cuando es mundial nos compete a todos. 

Desde luego, Internet es el medio apropiado, más accesible e idóneo para que el ejercicio de la democracia sea real.  Por eso tenemos que defenderlo de los potentados de todas las ideologías. 

Pretenden arrebatárnoslo después de que se convencieron de que en vez de controlar a las masas –que fue lo que anticipó George Orwell en su “1984” que se podría hacer con la teleinformática-, esas masas objetivo se están convirtiendo cada vez más en multitudes globales de ciudadanos conscientes, sujetos de su propio destino en vez de objetos pasivos de los potentados estúpidos que los han despreciado y subvalorado. 

Ahora, los enemigos comunes -aquejados de una bancarrota universal y definitiva que cuestiona todos los gobiernos de todas las ideologías en todos los países- se hallan desesperados, sin saber qué camino coger, dando palos de ciego. ¡Qué peligro!


Por eso, por ejemplo, -en un plazo de menos de dos años (Copenhague 2009 y Cancún 2010), a pesar del propósito desviacionista de los potentados, que proyectaban prolongarlo en el tiempo y embaucar cada vez a más ingenuos sensibles al desastre ambiental-, los cocos del calentamiento global y del cambio climático han sido oportunamente develados como recursos retóricos para desviar la atención mundial de problemas reales que pueden ser resueltos y exigen máxima prioridad, pero que los potentados se empeñan en agravar a las espaldas de todos. 

Las amenazas a la biosfera y sus contenidos vivos superan con creces la histeria orquestada por Al Gore. 

La opinión mundial se está quitando las vendas y entiende que el desafío del consumismo y la absurda doctrina neoliberal en que se sustenta son los que demandan atención urgente por parte de todas sus víctimas actuales y potenciales capaces de reaccionar; o sea, de los humanos no comprometidos con los depredadores que están acabando con todo para perpetuar sus inmerecidos privilegios.

Para ilustrar estas tesis, aporto algunos documentos que conviene tener en cuenta para depurar la visión personal sobre las tragedias reales que nos amenazan y que los potentados, sus auténticos causantes, intentan ocultar y tergiversar, aunque carecen de una interpretación coherente de la realidad, pues las estupideces de Ayn Rand y de los teóricos del Neoliberalismo, que aprovecharon sus delirios para armar una novedosa teoría “económica”, sólo explican la ineptitud de los capitalistas en su período de agonía.

A título de elementos de juicio, anexo un documento sobre el peligro de extinción que amenaza a las abejas; agrego otro que recoge distintas profecías sobre la debacle del 21 de diciembre de 2012; lo matizo y atizo con una reflexión sobre la vigencia de los derechos humanos, y concluyo con un serio análisis de la farsa sobre ese cambio climático, tan grave pero cuyas causas antrópicas apenas son parte del propósito deliberado por destruir la Vida que anima a los sionistas, indiscutibles amos de los potentados que nos asolan actualmente como un designio bíblico del “pueblo elegido”.

Las grandes amenazas serían la crisis energética y la crisis ambiental, de las cuales el calentamiento global o la proyectada destrucción de nichos sagrados de vida para extraer minerales, son expresiones tan concretas como la desertificación de las selvas o la deforestación de las ciudades por unas autoridades venales, cómplices de exterminadores, como sucede en mi bella Medellín, cada vez con menos árboles patrimoniales. 

Muchos desaparecen, aunque la ley obliga a reponerlos y protegerlos.  Pero algunos, todos ellos bastante frondosos y perennes, son remplazados por almendros o por maticas que también producen ingresos para los contratistas, tanto como comisioncitas para quienes los contratan, como es la costumbre en todas partes, pues la corrupción es un mal endémico de las democracias “representativas”, independientemente de latitudes y altitudes.

Los delincuentes de cuello blanco las consideran un justo y merecido reconocimiento de la sociedad a sus desvelados servidores, expertos en vivir de la función pública presumiendo de “representantes” de los ciudadanos cuyos votos, cuando no son ficticios u obtenidos de los muertos (como nos enseñó Gogol), los obtienen comprándolos o extorsionándolos.

No obstante, muchos de esos funcionarios no son elegidos en una justa abierta sino nombrados a dedo por los caciques electorales que se consideran dueños de la opinión pública, razón por la cual disponen a su arbitrio del tesoro común y de las instituciones republicanas.


La ruin y abundante contratación que sufrimos en Colombia durante 8 años de dictadura mafiosa abierta, cuyos autores gozan de impunidad y tienen bien aseguradas sus fortunas en paraísos fiscales, es una patética confirmación de la degeneración del sistema consumista exacerbado por el Neoliberalismo y que ningún lacayo ha repudiado pese a sus enormes perjuicios para los pueblos y la biosfera. 

Más bien tienden a confirmar las canalladas, como ocurre con la tétrica amenaza representada por las grandes empresas mineras (muchas canadienses), resueltas a destruir nuestros más sagrados nichos de Vida para “superar” la crisis, obtener ingresos frescos, mostrar rendimientos de la inversión en el gran casino de Nueva York (NYSE) y sumir a los pueblos, sin esperanzas de redención, en esa anhelada miseria diseñada por el club de Bilderberg y demás miembros de la Mesa Redonda.

En nuestra golpeada Medellín -manejada por el cartel homónimo desde los tiempos de don Fabio Ochoa-, durante las alcaldías de Sergio Fajardo Landaeta -reciente candidato presidencia, ahora aspirando a gobernador sin saberse cuánto cobra por prestarse a esa farsa electoral- y de su imitador, Alonso Salazar Jaramillo, nuestros frondosos y centenarios árboles son podados, primero, para poder garantizarles ingresos a los particulares dueños de motosierras y contratistas del Estado venal. 

Luego, mediante el desembolso correspondiente de fondos públicos, son talados por esos mismos expertos, orgullosos propietarios de dichas pavorosas herramientas mortales, muchos de ellos ex integrantes de grupos criminales  debidamente desmovilizados aunque no reeducados, pero excelentes trabajadores capaces de convertir nuestra tacita de plata en un hervidero invivible. 

Es el designio de unas autoridades ajenas a nuestra idiosincrasia y decididas a acabar hasta con la identidad de la ciudad para abrir vías rápidas de comunicación que destruirán el tejido urbano y aislarán y desarraigarán vecinos en nombre de lo que llaman progreso estas bestias depredadoras, carentes de cualquier sentido de pertenencia o de respeto a la población. 

Al mismo tiempo, a pesar de las promesas del alcalde rumbero, sigue el consumo del pésimo combustible fósil empleado por los vehículos que recorren nuestras calles y contaminan con ruidos, mugre particulado y gases venenosos, nuestro medio ambiente.

Se dice que tales combustibles (gasolina y diesel) poseen la peor calidad del mundo porque su contenido de gases venenosos y de partículas cancerígenas, capaces de causar enfisemas, multiplica por diez los máximos admitidos por la civilización del petróleo. 

Y eso que los produce nuestra empresa insignia, ya inscrita en la bolsa de Nueva York, ECOPETROL, cada vez más privatizada y más rentable, desde luego pues, además de los buenos precios del petróleo, a costa de la salud de los ciudadanos ahorra costos de refinación...

Naturalmente, aumentando la contaminación atmosférica y eliminando las fuentes de oxigeno que permiten atenuarla (esa frondosa e inestimable herencia forestal que nos dejaron nuestros ancestros, guiados por su acendrado espíritu cívico surgido de su amor legítimo a su terruño, del que carecen los advenedizos que se empotraron en la administración pública), agravan la crisis ambiental que tantas enfermedades de las vías respiratorias y de otros órganos causa pero que las autoridades le achacan al consumo de cigarrillo. 

Así eluden sus responsabilidades y agudizan los enfrentamientos dentro de la población porque, dada la insistente e insidiosa campaña de desprestigio con sus absurdos pero reiterados mensajes,  es muy difícil  que un no fumador deje de considerar como monstruos nocivos (dinosaurios los llaman) a los fumadores. 

Es lo que buscan las autoridades en todo el Mundo mientras adelantan sus campañas de exterminio y depredación, envenenando las aguas, el aire y los suelos sin que los no fumadores les pongan cuidado a tan perniciosas y mortales agresiones. 

Los fumadores tampoco se preocupan por eso.  La práctica de su vicio, cada vez más estigmatizado, no les deja tiempo más que para protegerse.

Debido a estas consideraciones, me animo a reenviar tres de las denuncias  públicas (“EFECTOS MICRO DEL NEOLIBERALISMO”, “NEOLIBERALISMO EN ACCION: CRIMEN SEGURO” y “MEDELLÍN OBRA CON AMOR”) que hice a principios  de 2010.

Sin duda, conservan su vigencia y aportan denuncias sobre el furibismo que han sido confirmadas por el tiempo y los acontecimientos develados hasta ahora y que, por cierto, tal vez no sean los más graves.

Como era de esperarse, las agresiones a nuestra floresta urbana siguen, de modo que mis denuncias no han generado ninguna respuesta de nuestras “autoridades” de la Alcaldía o del Jardín botánico.

Tampoco se han manifestado las Corporaciones Autónomas Regionales creadas con la Constitución de 1991 para proteger el medio ambiente, pero cuya catastrófica gestión politiquera ha impedido que tomen medidas racionales y eficaces para cumplir su objeto social. 

Como era de esperarse, son cómplices de los políticos y protegen a los contratistas depredadores dándoles, en el caso de los árboles patrimoniales de Medellín, carta blanca para talar y podar lo que se les ocurra, por encima de vecinos y dolientes legítimos, ciudadanos de verdad en vez de fuereños advenedizos indiferentes a nuestras tradiciones e irrespetuosos de nuestra herencia.

Pero eso sí, en esta misma vejada ciudad, venida a menos y controlada por la mafia, el derroche en pólvora y fiestas es notable e inolvidable.  Se quema el dinero y se desperdicia en fiestas mientras las catástrofes en los barrios de invasión no cesan ni se toman medidas para mitigarlas.

Es que el Neoliberalismo (como quedó claro con Obama, resignado al desastre causado por la BP en el golfo de México) les prohíbe a los Estados cumplir con sus deberes constitucionales de protección al ciudadano.  Y los gobernantes obedecen mientras se enriquecen.

Sólo los potentados disfrutan sus amores y su devoción incondicional, como lo ilustra el saqueo del tesoro usano por los banqueros ladrones y el correspondiente despojo de sus casas, sus derechos civiles y sus conquistas laborales a los “patriotas” no potentados pero dispuestos a dar su vida por defender los intereses de sus expoliadores.

La delirante doctrina ordena que todo tiene que ser privatizado en beneficio de los monopolios transnacionales y sus imitadores nacionales (lacayos desvergonzados).

Fue lo que planteó la sionista usano soviética Ayn Rand.  Después fue avalado por los académicos de la absurda teoría neoliberal (como el acreditado Milton Friedman, todo un Nobel de ese premio espurio que nunca contempló Alfred, el inventor de la dinamita).

De ahí que hasta emisiones de dólares devaluados -por una economía fracasada, cuya divisa tiene un valor negativo desde hace años debido al inmenso endeudamiento de la potencia decrépita, de modo que su emisión carece de cualquier respaldo real y no es más que otra medida de casino, absolutamente especulativa y típica de estafadores acostumbrados a enriquecerse con pirámides financieras- sean autorizadas por parte de Ben Bernanke, un decidido partidario de las tesis de Rand y director de la FED (Reserva Federal) en USA. 

Y con esos dólares totalmente depreciados y despreciables pagarán el derecho a apropiarse y destruir los terrenos inmensos que han resuelto convertir en eriales, cascajeros y desiertos mientras envenenan las aguas y condenan a las poblaciones autóctonas a la miseria y el desamparo eternos contando con la complicidad de los gobernantes vendepatrias.

En tanto, sus ridículos e incapaces seguidores (llenos de costosos postgrados obtenidos en universidades usanas de gran prestigio, lo que las hace tan costosas e inaccesibles) después del susto pretenden justificar tan absurdas medidas disfrazándolas de gran sabiduría e interpretándolas como genialidades de los gurús de esa fe infundada y ruinosa, totalmente anticientífica pero defendida por los vendepatria como “tecnocracia” incomprensible para la razón de las masas ignaras (pero lúcidas dentro de su timidez y sus complejos de inferioridad, aunque les choque o lo ignoren los potentados).

¡Qué farsantes tan incompetentes y perversos!  Ellos tampoco entienden nada, pero obedecen ciegamente.

Para nuestra tragedia, de esa escuela es el arrogante e inseguro ministro de Hacienda de la pobre Colombia, mi vilipendiada patria, manejada desde principios de los 1990 por los académicos de la Universidad de los Andes (que desplazó a la Javeriana, la de los jesuitas fundados por el cruzado Ignacio de Loyola).

O sea, a partir de cuando César Gaviria se ganó providencialmente la presidencia tras el asesinato -por orden de Pablo Escobar Gaviria, instigado por el peligroso abogado delincuente, Alberto Santofimio Botero- de Luis Carlos Galán Sarmiento, hijo de un conocido presidente de ECOPETROL.

Galán representaba la mejor carta del Establecimiento tradicional para enfrentar la embestida de las “clases emergentes”, como se dio en denominar a los mafiosos con inmensas fortunas (sólo comparables a las de Las mil y una noches) y ambiciones políticas, salidos a la luz desde los 1970.

Con Álvaro Uribe Vélez coparon la institucionalidad para deformarla a su antojo, poniéndola al servicio incondicional de sus protervos fines, nefastos para la patria que, todavía, no los ha castigado como se merecen. 

Tal vez le tocará hacerlo a los tribunales internacionales si el poder judicial colombiano es inferior a su misión y se deja amedrentar o comprar. Al menos, la orden de detener al mentor ranchero del chalán de Salgar abre esperanzas para la Humanidad de que la Justicia sí es posible. 

¡Cómo cambian los tiempos cuando las personas asumen su soberanía!

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